De lo que hay, no falta nada.
Vamos cerrando el 2018, un año muy duro financieramente hablando, en el cual todavía no pudimos salir del pozo de los últimos setenta años de fracasos políticos.
Aún no hemos logrado ser institucionalmente mejores, seguimos viviendo “…revolcaos en un merengue y en un mismo lodo todos manoseados…”
Los últimos 35 años, comencé a entender el nivel de mediocridad en el que estamos metidos.
Sigo viendo “educadores” con formación del siglo XIX para educar en el siglo XX a chicos del siglo XXI.
Entendí que la política encontró en el senado, su cueva de ladrones para protegerse el culo.
Nuestro país tiene una larga historia de ciudadanos "inocentes", que después de haber votado en elecciones democráticas, se convirtieron en cómplices de gobernantes Ignorantes, corruptos e inoperantes.
Seguimos teniendo jueces garantistas, formados para defender a corruptos, mafiosos y delincuentes.
Aún continuamos viviendo en una sociedad, donde los títulos de los medios de comunicación tienen más impacto sobre la opinión pública, respecto del contenido.
“Estamos tan comprometidos con la irrealidad”, que nuestra Clase política considera que el sueldo de los trabajadores es una ganancia que debe pagar tributo para cubrir sus gastos desmedidos.
Todo el tiempo vemos legisladores diciendo cosas políticamente correctas, para que la tribuna del circo romano les levante el pulgar y no el dedo medio.
Sigo viviendo en una Argentina donde la izquierda violenta se corre tanto para el costado, que se confunde con la derecha fascista.
En definitiva, estamos terminando el año 2018 y las expectativas para el 2019, es que dejemos de ser un país mediocre con frases políticamente correctas.
De Eduardo R. Consiglio Copyright ©