Ser lo que somos
“Estar parados sobre un lugar
que no elegimos”
¿Somos
lo que se ve o lo que otros desearían que fuésemos?.En general algunas
personas entendemos y aceptamos que con el tiempo la vida va mutando nuestros
pensamientos, ideología, religiosidad o tan solo la forma de ver el mundo.
A diario solemos ver gente a
nuestro alrededor “desgarrándose sus vestiduras” cuestionando o
señalándonos nuestra mirada distinta a la de ellos.
Posiblemente
lo que más nos hace parecidos como personas, es la diversidad de pensamiento y
nuestras discrepancias a la hora de intercambiar ideas.
Pareciera que durante los últimos
años crecieron y se reprodujeron muchos “egos” portadores de personas que seguramente
han tenido que comprar espejos más grandes para poder ver mejor sus caras.
También me ha sorprendido en la vida, oir la frase “tal persona no
resiste un archivo”. Yo me pregunto: ¿qué ser humano puede “jactarse” de no
haber cambiado algo de si; ¿acaso el cambio no es parte de la vida de las
personas?, ¿es malo cambiar?, y en todo caso ¿Quién dice que hay que rendir
cuentas o pedir perdón por haber cambiado la mirada?.
No se puede vivir como una piedra:
duro e inmutable, ¿quién podría sentirse feliz de estar parado
mucho tiempo sobre
un lugar que no eligió?; aunque más incómodo debe resultar quejarse todo el
tiempo sin al menos haber intentado cambiar eso que no nos gusta.
“Todo
fluye, todo cambia”, “nada permanece”. “Nadie puede bañarse dos veces en el
mismo río”, “El devenir es el Principio de Todas las Cosas”. Esto lo dijo “Heráclito";
un filósofo griego. Que vivió entre el año 535 y 484 a.c.
Seguramente resulte difícil aceptar que las
cosas todos los días son distintas y que cuando ocurren cambios por más mínimos
que sean, siempre estamos ocupados haciendo el duelo de aquello que nos nutrió
y sostuvo.
El miedo al cambio es inherente a todos; pero prefiero eso, a dejar
de sorprenderme cuando todos los días la vida me enfrenta con un nuevo saber y
comenzar a aceptar que no solamente hay que internalizar sino también acomodar
lo nuevo; hacerle lugar dentro nuestro para que conviva con nuestras viejas
creencias y pensamientos.
Platon
en la “Alegoría de la Caverna” hablaba de
un fuego que proyectaba imágenes sobre
un fondo que era mirado por personas encadenadas. Tal vez esto sea una buena
metáfora de la vida; hablo de ser esclavos de imágenes distorsionadas, vivir
confundidos a tal punto que muchas veces no logramos distinguir (por ejemplo),
a algunas personas de los gusanos o de las ratas.(con todo respeto hacia estos
animalitos).
Particularmente creo que en
estos últimos tiempos de palabras bonitas y efímeras, hay que ser cuidadosos de no
mimetizarnos con lo peor aceptando eso que no creemos y que posiblemente muy
adentro nuestro detestamos.
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"©" - Eduardo R. Consiglio